sábado, 5 de enero de 2013

Una segunda oportunidad.

Se que es duro lo entiendo, se que duele lo sé, se que es complicado estoy de acuerdo, se que es injusto todos lo sabemos. No hay nada peor que perder a un hijo/a, y es evidente que se necesita justicia para la persona que ha sido capaz de matar a una niña de 17 años y ni siquiera decir donde se encuentra el cuerpo. Todo el mundo debe pagar por sus actos, no hay perdón alguno, ni justificación por haber cometido un crimen tan brutal. Pero una vez pagada la condena con la sociedad, es necesario que esa persona se reinserte en la sociedad. Es evidente que el asesinato de una joven no es similar al robo de un bolso, por ello la condena es más grave, pero todo el mundo merece una segunda oportunidad ¿verdad? Se que es complicado de entender, estoy segura que muchos trabajadores sociales después de tantos años de trayectoria profesional se les sigue haciendo duro el tratar con personas que han sido capaces de matar a otra, pero es lo correcto. Todo el mundo merece demostrar el haber enmendad los errores y la culpabilidad que ello conlleva. Todo educador social sabe que es duro y complicado que la sociedad vea con buenos ojos a estas personas, pero como he dicho, una vez pagada la condena, deben de volver a sus vidas. Se que nadie le podrá devolver a una familia la perdida de una hija, una hermana, una madre o una sobrina, se que por esa parte es injusto, pero deben comprender que todo el mundo merece una segunda oportunidad. Sin embargo, el trabajo del educador social es mucho más complicado cuando no hay muestra de arrepentimiento en la persona que ha cometido el delito, ya que una vez pagada la condena, existe una alta posibilidad de que ese delito se vuelva a cometer, sobre todo pasa con los violadores. Por ello, en estas circunstancias el educador social tiene un duro trabajo y debe conciencias a esas personas de la gravedad de la circunstancias y que no pueden volver a infringir la ley, porque de lo contrario, volverán a la cárcel. 

Al principio nos centrábamos en el asesinato de una joven, si me refería a Marta del Castillo, un caso muy reciente en la comunidad Sevillana. En mi caso, puedo decir que me fue bastante impactante, ya que uno de los chicos que asesinó a Marta era de mi barrio y pude entablar más de una vez una conversación con el. Recuerdo que era un chico tímido, que siempre que necesitabas algo estaba ahí para ayudarte, no era un chico conflictivo ni mucho menos, y siempre lo veías deambulando por el barrio con su bicicleta. No podía creer que fuer él uno de los cómplices de lo ocurrido con Marta, es cierto que en los últimos meses había cambiado de amistades y ya no se veía por mi barrio. Todo el mundo perdió el contacto con él, quizás este fue el momento en el que su vida se truncó. No estoy ni mucho menos justificando lo que hizo, es evidente, que debe pagar por el delito tan grave que cometió, es evidente que debe pagar con su familia el daño causado. Pero es necesario reinsertarlo de nuevo en la sociedad. Se que mucha gente desearía la cadena perpetua o incluso la muerte para él y sus compañeros de delito, al igual que sucede con José Bretón. Pero es necesario que todo vuelva a su cauce y que una vez pagada su condena con la sociedad, intentar que vuelvan a ser las personas que eran antes de los delitos cometidos, y si es el caso de que nunca fueron buenas personas, se deberá reeducar por completo su conducta.

POR MUY DURO QUE SEA
TODO EL MUNDO MERECE UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

1 comentario:

  1. Muy buen avance del Blog. Me encantan los mapas conceptuales y la forma en que vas describiendo los diferentes contenidos.

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