
Es muy duro que una madre tenga que llegar incluso a denunciar a su propio hijo por robo y maltrato. En esta circunstancia el joven se siente desamparado y es cuando verdaderamente muestra toda la rabia que lleva dentro contra la sociedad y el mundo que le rodea. El trabajo del educador social es remodelar esa conducta y que el joven cambia, con el fin de que no vuelva a realizar las mismas actividades, para que en un futuro no desperdicie gran parte de sus día en una cárcel cuando cumpla la mayoría de edad. Quizás me llame más la atención la juventud, porque es más probable de poder reeducar su actitud y de esta forma puedan disfrutar de una conducta adecuada durante más años de vida y disfrutar de sus derechos con libertad, que una persona entrada ya en la veintena, incluso, en la treintena, la cual ha desperdiciado ya gran parte de su vida delinquiendo. Aquí os dejo una canción que por muchas veces que la he escuchado, no ha sido hasta ahora cuando verdaderamente he entendido su significado.
Cuanta la historia de un niño que es delincuente y se droga e incluso la vende. Se junta con un grupo de iguales que es una mala influencia. No para de escaparse de colegios, ha tenido numerosas peleas y ha pasado ya varias veces por reformatorios. Se trata de una historia real, es una gran responsabilidad la que nosotros tenemos de reinsertarlos en la sociedad y hacer que sus vidas mejoren.
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